Dani Pedrosa fue el elegido
para acabar en Brno con la victoriosa racha triunfal de Marc Márquez,
que por primera vez en su corta trayectoria en MotoGP no finalizó en el
podio una carrera que concluyó (cuarto). Para el de Castellar del Vallès
era una cuestión de honor. Lleva la misma moto que el campeón, es su
compañero de equipo y en su empeño en volver a ganar una carrera después
de 13 Grandes Premios y en ir afianzando su subcampeonato tuvo su
merecida recompensa.
Marc lo tenía claro desde el principio: "no
es imposible, pero no se pueden ganar todas las carreras", repetía una y
otra vez a quién quisiera escucharlo.
Márquez vivió en Brno la cara más humana de las motos.
No importa que estés pilotando como los ángeles, que estés viviendo la
mejor racha de tu vida, si la puesta a punto de la moto no es buena, no
tiene grip trasero y por tanto no tracciona bien y entras largo en las
curvas y frenas tarde, siempre lejos de la línea, no hay nada que hacer
ante los otros tres cracks de la categoría, todos campeones del mundo,
todos con más victorias MotoGP que tu.
Lo primero que aseguró es
"me he quitado un peso de encima, se cerró el debate de si podía
ganarlas todas", para luego bromear con un "a lo mejor he entrado en
crisis, no se sabe", y lanzar una risotada. No le dolió más que un
momento. Los récords se olvidan, jamás los títulos mundiales, y eso es
lo que persigue. Ahora el colchón sobre Dani Pedrosa está en 77 puntos,
sigue teniendo tres carreras de margen de error. Y trece puntos para un
cuarto no son ningún error, peor es un cero por caer.
Por una vez
y sin que sirva de precedente Márquez no lideró ni una vuelta y, de
nuevo, salir de la pole no fue un ventaja para él superado por las
Ducati, su compañero Pedrosa y las dos Yamaha oficiales en esa primera
vuelta. Un espectacular Lorenzo aprovechó que se había jugado la carta
de la goma delantera blanda para tirar fuerte desde el principio, avanzó
a las Ducati y se fue a ganar distancia.
Pero por detrás había
un hombre con una misión, Dani Pedrosa, convencido de que era el día D,
con información privilegiada de los males que acechaban al otro lado del
box -ya en el test Honda se cayó dos veces buscando la puesta a punto- y
en un circuito como Brno que le da muchísima confianza. Había ya ganado
en las tres categorías.
Y en el quinto paso por la curva tres
Dani Pedrosa le dio el golpe de gracia a Lorenzo y consolidó el
adelantamiento. Y lejos de guardarse nada siguió tirando para abrir
hueco con su proverbial precisión en el vuelta a vuelta. Era importante
mantener un ritmo alto a la carrera, llevarles con el gancho a todos
para descartarlos para el triunfo. El tenía un par de décimas en el
bolsillo, tenía que seguir apretando aunque fuera en detrimento del
desgaste del neumático. Y le salió la jugada porque a Lorenzo le faltó
una vuelta para poder intentar pasarle.
Desde Sepang el pasado año Dani Pedrosa no ganaba un Gran Premio y suma su 26º triunfo MotoGP,
el mismo de su número fetiche. Por detrás las dos Yamaha, Jorge
Lorenzo, tercer podio consecutivo para él por primera vez en su
temporada más irregular en MotoGP. Y tras ellos un Valentino Rossi que
celebró "la satisfacción de ganar a Marc, me he dado el gusto".
Su
lucha no fue esta vez tan titánica y en cuanto Marc tuvo varios sustos
intentando seguir a Rossi, arrojó la toalla y acabó cediendo 10"454
respecto a su compañero de equipo. El mundo al revés en tan solo un Gran
Premio. Dani cedió esos 10" hace sólo una semana en Indianápolis.
Marc
se ha quitado un peso de encima, pero los récords históricos siguen
planeando sobre el: el récord de triunfos en una temporada lo mantiene
Mick Doohan con 12 desde 1997. Y quedan por delante siete carreras.
Aunque el título sigue muy consolidado-